Desde África hasta su escritorio... un cafecito para trabajar



Eduardo A. Bolaños Vargas - Las historias cuentan que el café es una planta originaria de África, de la zona de Etiopía y que a lo largo de los siglos se hizo parte de la cultura europea hasta que llegó a América para ser cultivada en lugares que se parecieran a su clima original.

Pero las historias acerca del café me resultan de lo más interesantes, no siempre se trató de aquella bebida amarga, energética que conocemos en la actualidad y que vemos de lo más común. Como pongo en el cuadro, esa es mi taza de café junto a la computadora (que no se ve) mientras estoy trabajando.

Al parecer el café tuvo muchos altos y bajos, desde el principio en la historia más tradicional, cuando el pastor de cabras vio el efecto que tenía en los animales y lo llevó a los religiosos, hubo una duda pues en una cultura árabe donde no se acostumbran las bebidas alcohólicas, no fue bien visto el brebaje.

Hay que recordar que al principio lo trataron de hacer como una infusión desde el propio grano, pero fue cuando se dieron cuenta que era mejor después de tostarlo y molerlo. Pero algunos líderes religiosos del islam al parecer no les hizo mucha gracia el efecto energizante del café.

Al final de cuentas lo aceptaron y llegó a Europa, pero aquí hay tantas versiones que podrían no ser ciertas ninguna, o al contrario, todas podrían ser ciertas. Nunca lo sabremos. Algunas versiones dicen que llegaron por la invasión de los moros a España, otras versiones que cuando los otomanos estaban invadiendo a Europa oriental y fueron rechazados en Viena, dejaron los sacos de café tirados y los vieneses los encontraron y empezaron a experimentar.

Lo cierto es que en toda Europa comenzó el consumo de café y el comercio en las incipientes cafeterías italianas, austriacas, francesas y españolas... pero los líderes religiosos del catolicismo también se opusieron porque el efecto les pareció similar al del alcohol.

Con el tiempo varios hechos históricos, no tan lejanos hicieron que el café tomara relevancia: la excelente calidad de la planta en América, la rebelión del Té en Estados Unidos y el final del estigma religioso en cuanto al consumo del café.

Hoy por hoy, esta es una bebida que no puede faltar en la mesa de los costarricenses, de los latinoamericanos en general, casi que del mundo entero. Cotizándose a precios increíbles en los mercados asiáticos y formando parte de la vida diaria de millones de personas.



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