28 comunidades costeras costarricenses se preparan para mitigar los efectos de un tsunami

Capacitación a las comunidades en Tivives, 2017.

Eduardo A. Bolaños Vargas - TecnoCiencia. Un tsunami puede suceder en cualquier momento. Es por esta razón que preparar a las poblaciones que habitan en las costas es la mejor manera de evitar una tragedia. 

Diversas entidades técnicas y académicas costarricenses unen esfuerzos para el estudio de estos eventos naturales. El Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (SINAMOT), integrado por investigadores de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad de Costa Rica (UCR), y coordinado por la doctora Silvia Chacón Barrantes, es el encargado de administrar la información científica con el fin de brindar alarmas a las instituciones de emergencia en Costa Rica, así como generar material educativo y rutas de evacuación para las comunidades más vulnerables.

En una conferencia impartida por Chacón en la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica (ANC), el miércoles 18 de julio, se resaltó la necesidad de contar con mayor cantidad de información batimétrica (estudios de carácter topográfico de las profundidades marinas que permite obtener datos geológicos del lecho marino), para elaborar modelos científicos de tsunamis que podían afectar las costas de nuestro país, y elaborar planes de emergencia que serían del dominio de los habitantes.

Silvia Chacón Barrantes, coordinadora de SINAMOT
La experta indicó que en Costa Rica se ha avanzado en la utilización de programas informáticos, que simulan tsunamis de acuerdo a los datos geológicos con que se cuentan y estimaciones de sismos, para evaluar las consecuencias en distintos escenarios costeros, de esta forma se logran realizar mapas de evacuación en las zonas más vulnerables.

De esta manera los expertos determinan niveles de amenaza y vulnerabilidad de las localidades, contrastando con la información demográfica y la red vial existente. Se válida la información con la comunidad y se comparan los mapas de evacuación, se preparan puntos de reunión y rutas de evacuación. Eventualmente también se realizan ejercicios de evacuación.

Algunas zonas como Potrero, Sámara y Tamarindo en el pacífico cuentan con información batimétrica y cartas digitalizadas más completas, lo que ha resultado en un mayor avance en la generación de planes de emergencia, y el apoyo del sector turístico. Otras zonas, como las costas caribeñas, tienen menor cantidad de información. A pesar de las limitaciones, ya se han logrado trabajar y preparar a 28 comunidades costeras del país.


Los tsunamis en el mundo

El término tsunami se ha universalizado en muchos idiomas para indicar que se trata de una onda que produce una perturbación en la superficie del mar de manera súbita y que puede afectar a las costas. Los tsunamis se pueden dar en cualquier momento y en cualquier cuerpo de agua como mares, lagos u océanos y pueden ser de cualquier tamaño. 

De acuerdo con Chacón, un 82% de los tsunamis son provocados por terremotos, 7% por volcanes, 7% por meteoritos y 4% por deslizamientos y otras causas. La velocidad de propagación de la onda varía con respecto a la distancia, disminuye la velocidad conforme se acerca a la costa pero aumenta la altura, es ahí cuando se presentan inundaciones y daño a las infraestructuras.

La altura máxima a la que llegan los tsunamis se calcula al medir el registro de la inundación sobre el nivel del mar, después del evento. 

La coordinadora del SINAMOT explicó que no hay forma de disminuir la fuerza de un tsunami, o de pronosticar cuándo podría suceder uno, pero sí se puede preparar a las poblaciones que podrían ser eventualmente afectadas para conocer rutas de evacuación con el fin de proteger la vida humana.

Comunidades capacitadas en la costa pacífica de Costa Rica.

Registros en Costa Rica

A lo largo de los años se han logrado registros de distintos tsunamis en las costas nacionales, 15 de ellos provocados por temblores locales y 18 por eventos remotos. Conforme avanza la tecnología se tienen datos más exactos de los mismos, que en muchas ocasiones no superan unos pocos centímetros de altura sobre el nivel de las mareas, casi imposibles de identificar a simple vista, pero que sí se registran en los mareógrafos instalados en distintas partes del país.

Se han reportado eventos  en Osa en 1854, Isla del Coco en 1905, Puntarenas en 1950, Cóbano en 1990 y Limón en 1991, que cobró la vida de dos personas. Además se han logrado identificar tsunamis generados por sismos en Nicaragua en 1992, Colombia, México, Ecuador y Chile, entre otros.

Estos datos se han recolectado de acuerdo a la información de testigos y los mareógrafos que en un principio eran administrados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) y cuyos datos actualmente son recopilados por el SINAMOT, que da aviso a la Comisión Nacional de Emergencia en caso de alerta.

Gracias a los datos históricos y la información actual, se realizan modelos de eventos extremos que podrían generarse en distintas partes del mundo como México, Colombia, Indonesia, el Caribe o la trinchera de Tonga en el Pacífico, algunos de los cuales podrían tener afectación sobre el país.

El trabajo de prevención ante un tsunami se realiza tanto en la costa del pacífico como la del caribe, con la intención de obtener una certificación “Tsunami Ready” que le permita a los turistas reconocer que las personas de la comunidad están preparadas ante un evento de este tipo.

Puede consultar más información, mapas, y programas en el sitio web del programa: https://ronmac03.wixsite.com/ronmacuna3

Compartimos dos videos sobre el tema de tsunamis elaborados por SINAMOT.







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